La alegría muda de Mario

Hoy, 31 de mayo de 2011, día en el que se empieza a publicar este blog, soy más feliz que hace un año. Mi niño Mario tiene autismo pero mirarle a los ojos cada mañana es una bendición.



miércoles, 25 de abril de 2012

Mamá, te estoy mirando. Y quiero ver

Ayer por la tarde fuimos a pasear Mario y yo.

Destino: el río. Le encanta.

Me puse las gafas de sol. Esas que los adultos nos ponemos  para que no nos vean. O para no mirar.

Mario se dio cuenta al microsegundo y me dijo:

- Mamá, quitar gafas.

Y quería decir:

- Mamá, quítate las gafas para que te pueda mirar los ojos.

 Es un milagro. No solo quiere mirarme, cosa impensable hace un año (todo lo contrario, le agarraba la carita y se evadía poniendo los ojos en blanco) sino que se salta las barreras que le impiden a hacerlo, se comunica, habla y se asegura que me guardo las gafas en el bolsillo.

 Pese a la crueldad del autismo, que sentimos muchas veces a lo largo del día (vinimos de vacaciones de Semana Santa agotados y pensando en no volver a coger un avión en los próximos tres o cuatro años, todo bien organizado, todo anticipado, todo...pero el cambio de rutinas a Mario le desestructuró un montón y su inflexibilidad hizo mella en nosotros)...

hay momentos en que me maravillo...

y no puedo respirar de la felicidad.

domingo, 8 de abril de 2012

Este post es especial

Mientras la alegría muda de Mario vuela alto, en la tierra seguimos trabajando día a día por arañar segundos al tiempo. Y por eso este post es especial. Está dedicado a los adictos a la esperanza, a los que se alimentan de vida, a los que se nutren de su dosis de Mario.
Observad y oid esto:



No me queda otra que dedicar mi vida a lograr para los niños con autismo tres cosas:
-diagnóstico.
-precoz.
-terapia individualizada.


Terapia, terapia, terapia...Mario ha empezado a hablar. Despacio, muy despacio. Repite palabras, se interesa por el mundo, lee en voz alta los cuentos de Dita y Dito señalando cada picto como un tesoro...
Todo, fruto del amor, la constancia y la terapia diarios.

Estas felicidades se entremezclan con el día a día. Y el autismo sigue presente, ¡por supuesto que sí! Esta semana hemos venido de vacaciones a un sitio donde se supone que nunca llueve. Anticipamos a Mario el taxi, el avión, el autobús, el hotel, el cuarto nuevo, la playa, la crema de protección...Todo menos la lluvia cuando el plan previsto era la playa. Y hoy ha amanecido lloviendo, imposible hacer ningún plan y Mario insistiendo en ir a la playa. Era inviable, así que hemos ido a pasar la mañana a un centro comercial, previo picto dibujado a mano, pero, hoy es domingo, ¡bingo! El centro comercial estaba cerrado.


Once de la mañana, Mario ya muy nervioso, la petite idem, solución...alquiler de coche y nos hemos ido a pasar la mañana al único reciento cubierto donde esparcir nuestros bodies que se nos ha ocurrido: ¡la terminal de llegadas del aeropuerto! Tiene de todo, aviones, autobuses, taxis y escaleras automáticas. Pero Mario estaba ya muy descuadrado y enseguida nos hemos vuelto al hotel. Seguía lloviendo pero la temperatura no era del todo mala (sniff) así que...¡al agua patos!

Una hora y media más tarde han aparecido los chicos de vuelta, morados de frío pero con una sonrisa infinita dibujada en sus rostros.

Y al rato ha salido el sol.


Y hoy el sol ha seguido luciendo cuando Mario ha dicho, por primera vez, a iniciativa suya....

"Te que ro mu sho mamá", "Te que ro mu sho papá"...a buen entendedor, poquitas palabras bastan...

martes, 3 de abril de 2012

Mario, como si hubiera nacido antes las Cámaras...

No hacen falta palabras. Solo esto...Mario en estado puro...y una madre luchando contra los mitos del autismo



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