La alegría muda de Mario

Hoy, 31 de mayo de 2011, día en el que se empieza a publicar este blog, soy más feliz que hace un año. Mi niño Mario tiene autismo pero mirarle a los ojos cada mañana es una bendición.



lunes, 12 de septiembre de 2011

Después de la tempestad llega la calma

Mario está escolarizado, hoy ha sido su segundo día en el cole, se ha quedado protestando, pero le ha durado 5 segundos. Enseguida ha empezado a pintar y a jugar con la plastilina. La adaptación es larga, una semana hora y media, otra semana dos horas y media, otra semana tres horas y media…así hasta que les vean preparados para estar todo el día y además venir al cole en un taxi especial que recoge a los cinco niños del aula TGD con su cuidadora.

La verdad es que igual que en otros campos de la enfermedad tenemos mucho que hacer, aquí donde vivimos la escolarización de los niños con autismo hoy por hoy está bien resuelta (hasta los recogen en la puerta de casa y nos los devuelven idem). Bueno, claro, digo esto porque hemos conseguido plaza en el cole que queríamos pero sobre todo porque teníamos claro en junio que lo que a Mario le convenía era un aula especial y no un aula normal con 35 niños y sólo una hora diaria de PT (¡y eso con suerte!) y por conseguir ese objetivo hemos peleado.

Ahí fue fundamental la opinión de la psico-pedagoga, porque por nosotros quizá hubiera estado en un aula normal, sin darnos cuenta de que le abocábamos a estar perdido y desconectado sin poder aprender por carecer de las habilidades suficientes, sociales y de comunicación. Pero no sé, todavía hoy a veces nos parece que puede aprender más en un aula normal con un montón de niños sanos, que en el aula donde está. Y cuando me viene este pensamiento a la cabeza lo corto por lo sano con la pura realidad: los niños con autismo no aprenden por osmosis, ni por imitación. Aunque esté con mil niños no aprendería. No, hasta adquirir las habilidades sociales que le permitan hacerlo. De hecho a nosotros, que estamos todo el día haciendo juegoterapia (las profesoras del cole de Mario me llaman “la madre PT”) ya nos ha empezado a imitar. Así que en el camino estamos.

La petite va a la guarde con apoyo de una educadora, que está con ella y con una niña con Síndrome de Down, le está costando adaptarse, llora mucho y hoy la hemos vuelto a recoger con hipo (normal, los lunes  siempre son difíciles). Aun y todo la educadora nos ha dicho que mañana le alarguemos un poco y se quedará también a comer. ¡Qué pobre! Hoy lunes, a als 9.00 terapia en el centro base, a las 10.00 guarde nueva…

¡Pero quién me iba a decir en junio, cuando teníamos tantos frentes abiertos y tantas incertidumbres, que las batallas se ganan, sí: estando y luchando en primera línea!

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