La alegría muda de Mario

Hoy, 31 de mayo de 2011, día en el que se empieza a publicar este blog, soy más feliz que hace un año. Mi niño Mario tiene autismo pero mirarle a los ojos cada mañana es una bendición.



martes, 2 de agosto de 2011

El precio del tiempo


Hay días que parecen un fracaso en su totalidad.
Nos ocurrió ayer, desde primera hora de la mañana, por un traspiés en el tema pañal. Siguió al mediodía, cuando yo misma frustré a Mario tardando demasiado en dejarle la tablet, mientras le exhortaba a pedirla con las dos sílabas de esta palabra, ta-blet y él acertaba a vocalizar sólo la primera. De ahí pasamos volando y durante toda la comida a lloros y más lloros de mi niño y por sintonía (o empatía) de la petite. Nadie quería dormir la siesta, nadie quería levantarse después y mi ejercicio de paciencia fue infinito, porque da mejor resultado no enfadarse (hacia fuera claro, por dentro estaba yo contenta…) ni gritar que lo contrario, si se quiere calmar a un par de niños que sin haberse puesto de acuerdo de antemano, están fuera de sí.
Para colmo Mario ha empezado a mirar de nuevo la luz, se queda por unos segundos con la vista fija en la bombilla, y se me nubla la mente sintiendo que pueda estar yendo para atrás.

Pero junto al fracaso, vislumbro la luz y presiento el éxito.
No sé qué nos deparará el futuro, a mí a nivel profesional o a mi familia a nivel personal, pero tengo la certeza de que el tiempo que estoy dedicando a Mario estas semanas, no tiene precio.

Poder hacer un rato de terapia por la mañana y luego ir paseando cogidos los dos de la mano hasta el campamento de verano, parando a observar cada autobús que pasa, nombrando los coches y las motos, no tiene precio.

Recogerlo a la una, ver su carita cansada, acoger sus abrazos como refugio, no tiene precio.

Comprar tiempo para estar con él, no tiene precio.

1 comentario:

  1. Hola guapa,
    Sigo tu blog desde el primer día.
    Ahora que sigo de baja maternal, y ya estoy con la cuenta atrás pq en 3 semanas me vuelvo a incorporar, entiendo más que nunca la importancia del equilibrio en la vida personal. Si en el terreno personal 'tout va bien', entonces tenemos fuerzas para afrontar lo que sea, pero si dentro de este ámbito necesitamos más tiempo, más dedicación (ya sea a nosotros mismos, a un familiar y ni qué decir tiene, a nuestros propios hijos), la decisión de hacer un paréntesis en nuestra vida profesional es la más acertada.
    Tienes muuucha fuerza Amaya, y todo te va a salir bien. Te leo y veo que Mario avanza, pero como todos en esta vida, tenemos dias buenos, días mejores y días en los que es mejor no haberse levantado. Si hay un día malo, no hay que desesperar, ya pasará.... aunque consejos vendo, yo con mis dos peques hay momentos que me subo por las paredes y grito en silencio, pero como dices, una sonrisa, un abrazo, una mirada de cualquiera de ellos compensa con creces esos momentos de intenso estrés.
    Un besazo gordo para los 4
    Mua

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